sábado, 10 de julio de 2010

Esperaba.

Reflexiones y añoranzas
Cuando el óvulo inició su marcha a través de las trompas, esperaba: que el espermatozoide -ganador en la carrera- llegara y lo fecundara.
En la novena luna la madre esperaba: que la criatura atravesara el oscuro túnel y entrara en la luz de los días de su existencia.
En su primer tiempo de vida el pequeño esperaba: que sus pies anduvieran seguros para recorrer el mundo. Que sus manos lograran la destreza que les permitieran atrapar todo cuanto lo circundaba. Que su lengua aprendiera las palabras para poder comunicarse con sus semejantes.
En el tiempo subsiguiente el niño esperaba: acceder a los tesoros de la ciencia que los adultos capitalizaban. Aprovechar la enseñanza que se le ofrecía. Extraer de los libros la sabiduría que ambicionaba.
Esperaba: dar vuelo a su fantasía, jugando a vivir en horas de pacífica bonanza.
En el tránsito de su adolescencia el joven esperaba: que el asombro permanentemente lo deslumbrara. Que le nacieran los sueños. Que se colmara de magia. Que el amor lo descubriera y en sus redes lo aprisionara.
Esperaba: que los caminos se abrieran. Que las posibilidades se concretaran. Que encontrara su destino y por él enderezara. Ya en su plena juventud esperaba: que fructificaran sus sueños. Que su siembra prosperara. Que la ternura lo envolviera. Que la pasión lo aguijoneara.
Esperaba: conquistar el mundo entero, y que le crecieran alas para observar desde muy alto, los dominios que lograra.
En su madurez el hombre esperaba: que crecieran sus retoños. Que el sufrimiento no los dañara. Que concretaran las aspiraciones que él anhelara; pero que sus energías no bastaron para alcanzarlas.
En la senectud el anciano esperaba: mantener sus pies firmes. Su mente despejada. Sus brazos fuertes para poder contener el alma.
Esperaba: sentir muy cerca de sí la vida que se iniciaba; oír los juegos de los niños. Solazarse en sus recuerdos; y encontrar quién lo escuchara.
Y al fin del camino, el humano esperaba: recobrar la salud. Que su organismo curara. Que los dolores se alejasen. Que la vida se alargara. Que la muerte no lo encontrase...
Cuando cerraron sus ojos, el hombre ya no esperaba.

2 comentarios:

  1. Uno no espera la vida la vida se da y hay que vivirla.
    Pero si espero que todos los dias la felicidad te llegue.
    La felicidad es el camino.

    ResponderEliminar
  2. y si no disfruto cada instante, mi vida llegara a su fin mientras yo añoraba mañana, tal vez ser feliz

    ResponderEliminar