S. DE BEAUVOIR & J. P. SARTRE
En 1929 Sartre conoce a Simon de Beauvoir, comenzando una duradera y epifánica relación. Sartre llama a Simone “ el Castor”, debido a su intensa dedicación a las labores intelectuales: “usted trabaja tanto como un pequeño castor.
Desde los inicios, Sartre y el Castor deciden basar su relación en la honestidad y la libertad. Cada uno posee independencia económica, sentimental y sexual: no están casados, no viven juntos y no tienen hijos.
Simone elige escribir como una manera de escapar del mundo de la monotonía creando algo nuevo, único e irreemplazable, “re – creándose” a sí misma para justificar su existencia. La literatura se convierte en el Castor en una manera de existir que logra remediar su soledad y su exilio interno.
“El infierno son los otros”, escribe Sartre. Para Simone, el otro que encontró en Sartre se convirtió en su mayor bendición: “Una gran suerte acaba de dárseme. Bruscamente, ya no estaba sola. Hasta entonces, los hombres que me habían interesado eran de una especie diferente a la mía. Me era imposible comunicarme con ellos sin reserva. Sartre respondía exactamente a mi voto de los quince años: era el doble en quien reencontraba, llevadas a la incandescencia, todas mis manías. Con él, podría simplemente compartirlo todo. Cuando lo conocí, supe que nunca más saldría de mi vida”.
Para Simone, lo esencial en su concepción del amor entre un hombre y una mujer era alcanzar una unión radical, donde la comunicación fuese casi absoluta.
Sartre y el Castor encontraban en su relación la mejor excusa para compartir y nutrir sus genialidades individuales. Sin embargo, sus vocaciones no coincidían exactamente. Sartre ponía el valor supremo en la literatura, Simone en la vida. “Sartre vivía para escribir. Yo asignaba a la vida un papel supremo”.
El Castor explica en La Plenitud de la vida su relación con Sartre: “Él no tenía vocación de la monogamia; se complacía en compañía de las mujeres, que le parecían menos absurdas que los hombres; no pensaba, a los veintitrés años, renunciar para siempre a su seductora diversidad”. Ante esta situación, Sartre le explica que el amor entre ambos es “necesario”, pero que no pueden renunciar a amores “contingentes”.
La idea anterior los lleva firmar un contrato por dos años, en el que acuerdan que vivirían juntos durante ese período lo más íntimamente que ambos pudieran soportar. Después se separarían para reemprender, durante un tiempo “más o menos” largo, una vida “más o menos” en común. Además se comprometían a contarse absolutamente todo.
El contrato se enterró posteriormente de común acuerdo. En palabras del Castor: “Revisamos nuestro pacto y abandonamos la idea de un contrato entre nosotros. Nuestra unión se había estrechado y hecho más exigente que en un principio; podía admitir breves separaciones, pero no largos viajes en solitario. No nos juramos fidelidad, pero nos sabíamos el ser más importante para el otro”.
Desde entonces, la relación entre Simone y Sartre se convertiría en un inmenso amor a la libertad, por sobre todas las demás posibilidades terrenales.
Cada uno se transformó en el primer lector del otro, dedicándose mutuamente cada una de sus obras. Compartían el proceso de creación a través de largas cartas o encendidas conversaciones.
La historia de Simone y Sartre puede ser entendida cuando se ha sentido la grandiosidad de entregar amor sin imponer condiciones, sin dejar que los obstáculos propios del egoísmo humano destruyan la capacidad de simplemente existir.
retomando la propuesta de Castor: el amor entre un hombre y una mujer era una unión radical, donde la comunicación fuese casi absoluta.
ResponderEliminarse asimilaria a la comunion de dos almas... de dos intelectos.. de dos cuerpos..... mi pregunta es, si ello te lleva a la plenitud, como no sentir apegos?
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ResponderEliminarcomo sinopsis
ResponderEliminardeciden basar su relación en la honestidad y la libertad
Cada uno posee independencia económica, sentimental y sexual
La literatura se convierte en una manera de existir que logra remediar su soledad y su exilio interno.
Para Claudi, el otro que encontró en Adolfo se convirtió en su mayor bendición
Una gran suerte acaba de dárseme
los hombres que me habían interesado eran de una especie diferente a la mía.
Me era imposible comunicarme con ellos sin reserva
Con él, podría simplemente compartirlo todo
una unión radical, donde la comunicación fuese casi absoluta
encontraban en su relación la mejor excusa para compartir y nutrir sus genialidades individuales.
Él no tenía vocación de la monogamia
le explica que el amor entre ambos es “necesario”le explica que el amor entre ambos es “necesario”, pero que no pueden renunciar a amores “contingentes”
se comprometían a contarse absolutamente todo
“Revisamos nuestro pacto y abandonamos la idea de un contrato entre nosotros. Nuestra unión se había estrechado y hecho más exigente que en un principio; podía admitir breves separaciones, pero no largos viajes en solitario. No nos juramos fidelidad, pero nos sabíamos el ser más importante para el otro”
ayudame a ahondar es la frase
ResponderEliminarPara Claudi, el otro que encontró en Adolfo se convirtió en su mayor bendición