martes, 11 de enero de 2011

El Último Bailarín de Mao

La película se basa en la historia real de Li Cunxin, adaptada de su autobiografía “Mao’s last dancer”, que cuenta cómo, en pleno caos de la Revolución Cultural China, Cunxin tuvo que dejar a los suyos, una familia de campesinos, para embarcarse en un asombroso viaje que acabó encaminándole hacia la libertad y el triunfo personal. La película nos relata cómo Li superó la adversidad, y cómo descubrió y exploró sus habilidades naturales y su gran talento como bailarín clásico. Para ello, no sólo tuvo que lidiar con sus propias limitaciones físicas, sino también con el castigo que le impuso el desconfiado gobierno chino tras su deserción a Estados Unidos.
No hay ética sin estética, no hay estética sin ética.

Es esta una película arquetípica, una película clásica, en la que el guión se centra en el muy manido pero siempre atrayente espíritu de superación. Es esta una película diferente y poco convencional.

Desde el momento en el que ustedes, queridos espectadores, ocupen sus butacas asistirán a un grandioso despliegue estético en el que la fotografía de Peter James realza de forma precisa la ya de por si sublime plasticidad de la danza, con cantidad de guiños a la imaginería totalitaria, algo que ya habrán podido apreciar en el mismo cartel de la película.

Es El último bailarín de Mao un Billy Elliot (Stephen Daldry, 2000) sin mineros, sin canciones de The Jam, sin revueltas y sobre todo sin libertad. Es precisamente su localización (La China Popular pre Deng Xiaoping) lo que hace que las casi dos horas de ficción basada en un hecho real sean cautivadoras y sumamente didácticas. Aquellos que vean China sólo como un paraíso donde especular, superpoblado de rascacielos y Yuanes, se sorprenderán con el retrato de una población sometida al férreo control ideológico de una dictadura. Es justo en este aspecto en el que la película cobra su verdadera dimensión: El conflicto que mueve constantemente la trama es el existente entre política y arte. ¿Debe ser el arte un instrumento al servicio de una ideología? ¿Son los artistas marionetas en el juego político? ¿Cuáles son los réditos propagandísticos que obtienen los países de las hazañas de sus bailarines, pintores, deportistas…?

En la película del australiano Bruce Beresford, todas estas preguntas son respondidas puntualmente. Desde cómo un niño desnutrido de provincias es llevado a Pekín, dónde es instruido en la disciplina del ballet clásico a la par que es adoctrinado en los conceptos de la Larga Marcha maoísta. Desde el enfrentamiento entre los profesores, defensores de la danza europea decimonónica, a profesores que son capaces de denunciar a sus compañeros por anteponer ésta al ballet revolucionario promovido por el régimen. Y como todo ese mundo anterior choca frontalmente con la llegada de Li Cunxin a unos EEUU en plena era Reagan. Allí él, ya convertido en bailarín de prestigio, tendrá que elegir entre su proyección artística internacional y sus raíces. Drama que alcanzará su apogeo en la escena crucial en el consulado chino. Esta secuencia sintetiza todas las preguntas anteriormente formuladas. Li Cunxin es efectivamente utilizado al servicio de los propios intereses del consulado y del ministerio de cultura chinos. Ellos, sabiendo que Li teme por lo que le pueda ocurrir su familia en China, se sirven de sus miedos para convertirlo en el Baryshnikov chino.


El director australiano Bruce Beresford, al que debemos películas tan entrañables como Evelyn o Paseando a Miss Daisy, vuelve a ganarse al público con un delicioso biopic sobre el bailarín chino Li Cunxin, película en la que el guionista Jan Sardi adapta la autobiografía del citado artista. Li Cunxin nació en 1961 en Qingdao, en el corazón de la china maoísta. Sus padres eran pobres campesinos, y cuando Li tenía once años, fue seleccionado por unos delegados del partido comunista para irse a la Academia Oficial de Danza de Beijing. Allí se convirtió en un bailarín extraordinario, lo que propició que en 1979 fuera invitado a una estancia de tres meses en la Academia de Baile de Houston, en Texas (EE.UU.). Todos sus esquemas mentales, inyectados por la fuerza en la Revolución Cultural, hacen crisis cuando Li experimenta la libertad y en bienestar económico en la “tierra de promisión” americana. Además, en Houston se enamora de otra bailarina, lo que le empuja a no querer volver a la China comunista. Pero el consulado chino no va a permitir semejante deserción y harán lo que sea para llevar a Li de vuelta a la tierra de Mao.

La película tiene una estructura temática que recuerda a films como Together (Chen Kaige, 2002) en el sentido que la creación artística acaba siendo la forma de expresar agradecimiento y sentimientos familiares. La película, que es obviamente crítica con la irracionalidad del comunismo y del maoísmo, no es sin embargo maniquea ni caricaturesca, humaniza a los personajes, y presenta también una cierta crítica moral a los defectos del capitalismo. Pero lo que el film pone por encima de la bipolaridad comunismo-capitalismo es el arte como lenguaje universal, la belleza como territorio común. Indirectamente, la película también indaga en el drama del inmigrante, que nunca puede dar la espalda a sus vínculos nutricios con su familia, su pueblo, sus tradiciones, su historia,… En ese sentido, en algunos momentos recuerda a películas como El sudor de los ruiseñores (Juan Manuel Cotelo, 1998), donde música y nostalgia se entrelazan. O El concierto (Radu Mihaileanu, 2009), cuyo solemne final se emparenta con el de la cinta de Beresford.

El film es emotivo, con un final apoteósico, ciertamente melodramático pero contenido, y ofrece una mirada última positiva y superadora de desencuentros. El ritmo del film puede resultar irregular, quizá debido a las secuencias de bailes (El lago de los cisnes, La consagración de la primavera,…)

De entre las películas de danza esta se encuentra entre las más interesantes, junto a títulos como Billy Elliot, deStephen Daldry o The Company, de Robert Alman o Flashdance, de Adrian Lyne.

Bruce Beresford es un director recordado sobre todo por Paseando a Miss Daisy, película que obtuvo cuatro Oscar en 1990. En esta ocasión reconstruye la historia real del prestigioso bailarín chino Li Cunxin, a partir de su autobiografía. El libro ha sido transformado en guión por Jan Sardi, experimentado en biopics musicales, pues fue el autor del libreto de Shine.

Hijo de unos humildes campesinos, Li Cunxin fue separado de sus padres a los 11 años por el régimen comunista para convertirlo en alumno de la Academia de Baile de Pekín. Allí tiene un trascendental encuentro con el profesor Xiao, que le ayudará a progresar. Convertido ya en un adulto, es seleccionado para recibir entrenamiento durante seis meses en una prestigiosa academia de ballet de Houston, donde dejará a los occidentales omnubilados por sus dotes para el baile. Por su parte, él se queda admirado al comprobar que el capitalismo no es tan horrible como se lo habían pintado, y se enamora de una americana…

La historia daba para hacer un film tan memorable como Noches de sol, de Taylor Hackford, muy similar argumentalmente, aunque en aquella cinta el protagonista venía de la Unión Soviética. Beresford ha elegido como protagonista a un excepcional y reputado bailarín, Chi Cao, recomendado por el propio Li Cunxin, que cumple como actor, a pesar de su inexperiencia absoluta en este área, y como era de esperar se luce muchísimo cuando baila. En el reparto destacan los secundarios Joan Chen -como madre del protagonista- y su compañero en la legendaria serie Twin Peaks Kyle MacLachlan, en un papel de abogado de inmigración, así como Bruce Greenwood como director de escena.

Es cierto que Beresford no se luce especialmente en la puesta en escena, y que un realizador más inspirado le habría sacado más partido. Pero el film tiene momentos emotivos y además ofrece un convincente retrato de la China totalitaria de los años de Mao y posteriores.

domingo, 9 de enero de 2011

QUIEREME - Luis Eduardo Aute

Quiéreme, aunque sea de verdad,
quiéreme, y permíteme el exceso,
quiéreme, si es posible, sin piedad,
quiéreme, antes del último beso.

Quiéreme, haz que se incinere el mar,
quiéreme, como el vendaval que pasa,
por el resto de una brasa
dentro de un glaciar.

Quiéreme, sin el mínimo pudor,
quiéreme, con la insidia de la fiera,
quiéreme, hasta el último temblor,
quiéreme, como quien ya nada espera.

Quiéreme, aunque no sepas fingir,
quiéreme, que de todas mis flaquezas
sacaré la fortaleza
para revivir.

Sabes bien
que jamás te lo he pedido
ni jamás te hice un reproche...
por lo que esta vez te pido,
ya que no es cosa de dos,
que tú seas quien me quiera
como nunca me has querido
esta noche del adiós...

Quiéreme, ahora que llegó el final,
quiéreme, sin mas puntos suspensivos,
quiéreme, aunque venga el bien del mal,
quiéreme, como si estuviera vivo.

Quiéreme, que no entiendo qué hago aquí,
quiéreme, si no quieres que esté muerto,
porque todo es un desierto
fuera de ti.

Quiéreme, que ya empieza a anochecer,
quiéreme, aunque sólo sea un instante,
quiéreme, y hazlo como otra mujer,
quiéreme, como si fuera otro amante.

Quiéreme, que mañana ya murió,
quiéreme, como si el mundo acabara,
como si nadie te amara
tanto como yo...

Sabes bien...

domingo, 26 de diciembre de 2010

LA SOLEDAD

La soledad me permite saber quién soy, sólo después puedo tener una verdadera relación.

la-soledad.jpgSe puede interpretar la soledad de dos maneras: estar solo o sentirse solo.

Estar solo es un hecho común para todos. No siempre estamos acompañados. Esta experiencia de soledad se puede disfrutar mucho y suele ser muy constructiva.

Cuando estamos solos podemos no hacer nada y sentirnos bien, descansar, disfrutar de la naturaleza, tomar sol, caminar, meditar o simplemente hacer lo que nos gusta sin interferencias de otras personas.

Sentirse solos es diferente, porque uno se puede sentir solo también en compañía.

El sentimiento de soledad está relacionado con el aislamiento, la noción de no formar parte de algo, la idea de no estar incluido en ningún proyecto y entender que a nadie le importamos lo suficiente como para pertenecer a su mundo.

El sentimiento de no pertenencia nos lleva a la depresión, cuando además nos sentimos culpables de nuestra propia soledad.

Es una ilusión creer estar acompañado porque en realidad la mayoría está sola.

No muchos saben lo que es una verdadera relación y crean vínculos que no lo son.

Sólo una persona madura puede tener una relación verdadera, porque se ha liberado de las dependencias.

La madurez es la capacidad de vivir la vida sin muletas ocasionales, es aprender a hacerse cargo de los propios problemas, reflexionando antes de actuar y haciéndose responsable de las consecuencias de las acciones, sin proyectar los errores en los demás.

La relación no implica tener a alguien para eventualmente apoyarse, sino por el contrario significa interesarse por el otro y comprenderlo tratando de olvidarse de uno mismo.

La dependencia crea vínculos dependientes con personas omnipotentes, intentando recrear la simbiosis madre-hijo, y ese tipo de relación patológica, que tiene carácter sadomasoquista, está destinada al fracaso.

Recién cuando nos liberamos de las dependencias y nos olvidamos de nosotros mismos aprendemos a vivir, a no tener miedo y a ser libres, accediendo a la posibilidad de una verdadera relación.

Si no hay desarrollo personal tampoco puede haber una relación duradera, porque el estancamiento produce aburrimiento.

La intención vale más que el hecho en si mismo, porque no se trata de resultados sino de orientarse hacia el camino de la propia senda.

Solamente cuando estamos solos podemos ponernos en contacto con nosotros mismos. Esa oportunidad nos permite vernos y evaluar si realmente somos como queremos ser y si estamos haciendo lo que deseamos hacer; y si esa imagen no estuviera de acuerdo con nuestras expectativas, es el momento de preguntarnos, que es lo que estamos haciendo ahora para lograrlo.

Transitar el propio camino es lo más importante y el principal propósito de nuestra vida y todo el universo conspirará para lograrlo.

COMER REZAR AMAR

Liz Gilbert (Julia Roberts) tenía todo lo que una mujer moderna sueña tener – un esposo, una casa, una carrera exitosa– pero ella se sentía confundida y perdida; buscando lo que realmente quería en la vida. Recientemente divorciada y en la encrucijada, Gilbert se sale de su zona de confort arriesgando todo para cambiar su vida; empezando una travesía alrededor del mundo que se convierte en una cruzada para el auto descubrimiento. En sus viajes ella descubre el verdadero placer de nutrirse comiendo en Italia, el poder de los rezos en India e inesperadamente, la paz interna y el verdadero amor en Bali. Basada en el best seller de las memorias de Elizabeth Gilbert, Comer, Rezar Amar (Eat Pray Love)demuestra que hay más de una forma de salir y conocer el mundo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Ley de la Búsqueda Universal

Si tienes el valor para dejar atrás todo lo conocido y cómodo, que puede ser desde tu casa hasta viejos rencores, y emprender un viaje buscando la verdad, externa o internamente, y estás dispuesto a tratar todo lo que te pase como una pista, y aceptas a todo el que encuentres como un maestro, y si estas preparado, más que nada, para encarar y perdonar realidades muy difíciles sobre ti, la verdad no se te ocultará, y entonces recién podrás encontrarla.

domingo, 5 de diciembre de 2010

SALARIO A LA MEDIDA

Salario a la medida
Publicado: 10/18/2010

Viene tomando fuerza en las empresas el concepto de salario emocional, según el cual, el dinero no es lo único que cuenta. Además, es importante entender que no todas las generaciones tienen las mismas prioridades.

Según un reciente estudio patrocinado por la firma Fidelity Investments, el 77% de los jóvenes en Estados Unidos pertenecientes a la conocida Generación Y (aquellos nacidos de1982 en adelante), aseguran que su prioridad a la hora de escoger trabajo es encontrar un lugar en donde puedan equilibrar su vida personal y el trabajo. Es como si de alguna forma cada vez más las personas estuvieran reasignando el significado de la frase bíblica "no solo de pan vive el hombre".

Esto también está ocurriendo aquí. De acuerdo con la Encuesta salarial y tendencias en gestión humana 2010-2011, liderada por la firma HC - Human Capital en compañía de Legis S.A., 75% de la Generación Y y de la Generación X (todos aquellos nacidos entre 1964 y 1982) en Colombia escogen una oferta laboral teniendo en cuenta las variables referentes a la calidad de vida en el trabajo. Este no es un dato para pasar por alto. Dicha encuesta es un esfuerzo de análisis de 660 compañías y 530 cargos en 22 sectores distintos de la economía nacional. Para esta muestra en particular, las generaciones X y Y sumadas representan cerca del 80% de la fuerza laboral.

Por supuesto, esta es una tendencia general que no solo abarca las nuevas generaciones. "El objetivo es crear toda una estrategia enfocada al crecimiento personal dentro de las organizaciones", asegura el presidente de HC - Human Capital, José Manuel Acosta. Fue un proceso natural para esta firma, especializada en temas de gestión humana y compensación, empezar a reconocer que los ejecutivos no necesariamente se estaban dejando seducir por las mejores ofertas económicas. "El componente monetario en los salarios pierde fuerza con el tiempo", conceptualiza Acosta. A partir de allí, revisando experiencias principalmente en Europa, hace cerca de cuatro años esta firma desarrolló el concepto de Salario Emocional. Pensar que existe un "salario emocional" tiene una ventaja muy particular: enfatiza que la retribución al trabajo bien hecho, además del dinero, debe ser un interés genuino por el bienestar y el crecimiento de la gente. De hecho, en la Encuesta salarial y tendencias en gestión humana 2010-2011, se encontró que cerca del 42% de las compañías en el país ya cuentan con prácticas asociadas a este concepto.

En Colombia, una de las organizaciones que se ha empezado a reconocer por tener en cuenta estas ideas es el Hospital Pablo Tobón Uribe en Medellín. Andrés Aguirre, su director general, expresa sencillamente que "si el ser humano fuera exclusivamente corporal se le podría compensar con cosas como a una máquina". Evidentemente no es así, por lo que a sus más de 1.650 colaboradores se les tiene en cuenta en forma particular en sus procesos de gestión humana. Para la firma HC - Human Capital el concepto de salario emocional permite organizar diversos esfuerzos en gestión humana, según ellos, en el caso colombiano muchas veces dispersos. Los cinco pilares de esta propuesta son: calidad en el empleo, flexibilidad temporal y especial, desarrollo profesional, servicios de apoyo a la familia e igualdad de oportunidades. Y es aquí donde las cosas se ponen interesantes. No necesariamente a las diversas generaciones: los Babyboomers (aquellos nacidos entre 1946 y 1964), la Generación X y la Generación Y les interesan proporcionalmente las mismas cosas. Se abre entonces para las compañías la necesidad de gerenciar la diversidad y enfocar más efectivamente los esfuerzos en gestión humana.

Un caso perfecto de estudio es la Sociedad Aeroportuaria de la Costa S.A. (Sacsa) en Cartagena. Siendo una compañía de servicios aeroportuarios, la prioridad número uno de esta empresa es su gente. Consuelo Acevedo, su directora de gestión humana, explica que la compañía tuvo una evolución en la cual identificaron que la mayoría de los beneficios estaban enfocados a pocas personas y quisieron llegar a todo el mundo. Como si se tratara del menú de un restaurante, crearon un portafolio de beneficios donde jóvenes y adultos pudieran escoger. Estos beneficios, a su vez, recogen las distintas variables del concepto de salario emocional. "Para los más adultos, la prioridad es su familia y para los jóvenes crecer y estudiar", explica Acevedo. Lo interesante de este caso es que con los mismos recursos pudieron llegar y motivar de una forma más efectiva toda la organización.

¿Pero cómo diferenciar los programas de gestión humana de acuerdo a cada generación? Al fin y al cabo, es claro que no todos son cortados con la misma tijera. Al respecto, la Encuesta salarial y tendencias en gestión humana encontró pautas concretas para aplicar en las empresas. En primer lugar, la palabra clave para la llamada generación de los Babyboomers (1946 y 1964) es la estabilidad laboral. Genuinamente, en ellos la prioridad son los suyos. Algunas prácticas avanzadas de gestión humana, como apoyo a dependientes, asesorías especializadas en temas de interés como la parte legal y financiera, y buenas prácticas de balance vida-trabajo suelen tener un mayor impacto en esta generación. El hecho de poder ir a trabajar con tranquilidad en su futuro y el de los sueños tiene un mayor impacto que cualquier retribución económica.

Para el caso de la Generación X (1964 y 1982) la palabra mágica es desarrollo. Según los expertos, la prioridad para esta generación es crecer personal y profesionalmente. De aquí que el portafolio de beneficios que más podría tener impacto en su desempeño son, por ejemplo, beneficios de estudio, las posibilidades de ascenso y lo retador del cargo en cuestión. Según HC - Human Capital, para esta generación son efectivos los componentes variables por desempeño en el trabajo. No significa esto que las otras variables no sean importantes para esta generación. Aunque el concepto de familia ha cambiado con el tiempo, muchos de ellos son personas separadas etc, también el tema balance vida-familia es una prioridad en sus vidas.

Finalmente, se podría decir que lo que mueve el piso de la nueva generación Y (1982-) es la variable flexibilidad. Y esta no es una discusión estéril. Según los expertos en contratación de jóvenes, Chris Resto, Ian Ybarra y Ramit Sethi de MIT, lo peor que pueden hacer las compañías al reclutar a las nuevas generaciones es hacerlos sentir aprisionados. Una estrategia muy distinta es decir ¡vengan aquí, van a prender y cuando sea el tiempo si lo desean se pueden marchar, de ser posible, a un mejor lugar! La generación Y tiene pavor de sentirse estancada. Adicionalmente, como resalta el arranque del artículo, la mayoría, desde el comienzo, no quiere sacrificar su vida por el trabajo. En la reciente visita del autor Dan Tapscott a Expogestión 2010, dejó un mensaje claro respecto a las nuevas generaciones en entrevista con Dinero. Según Tapscott, ellos simplemente "aprenden distinto".


Es fácil perder la paciencia en muchos casos cuando se trabaja con los más jóvenes. Pero las compañías que logran identificar mejor sus motivaciones llegan a descubrir que tienen un sentido de comunidad, ética de trabajo y progreso de gran potencial.

MACHUPICCHU


Machu PicchuLa bella e impresionante Machu Picchu considerada como una de lasnuevas maravillas del mundo.

Fundada entre los años 1,400 y 1,500 por el emperador Pachacutec, Machu Picchu se levanta imponente en la cima del cerro del mismo nombre, en el valle de Uruamba.

Fue construida como refugio para el emperador, de tal manera que no se puede accesar a ella si no es por la puerta principal, al estar rodeada totalmente por barrancos. Fue designada como Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1983.

Machu Picchu está situada a 130 de Cusco, a 3 horas en tren, tres días por el Camino Inca y a 30 minutos en helicóptero.

El parque arqueológico, urbano y agrícula, o la ciudad propiamente dicha tiene una extensión de 10 hectáreas. El Santuario Histórico de Machu Picchu se extiende en un superficie de 32,600 hectáreas. El Santuario ofrece varios climas, desde extremadamente frío a 6,270 m.s.n.m. o más templado en alturas de 2,000 m.s.n.m.

Machu Picchu fue descubierta por el explorador norteamericano Hiram Bingham, en 1911, en una expedición de la Universidad de Yale. Bingham, escéptico al conocer muchas leyendas de ciudades perdidas, anotó en su bitácora, ante el hallazgo: ¿Creerá alguien lo que he encontrado?